Desde la ADF entrevistamos a nuestro socio Nicolás Gorla (ADF) por su trabajo como DF en la serie “Un león en el bosque” (2024), dirigida por Mariano Hueter y Pedro Levati, producida por Kuarzo y recientemente estrenada por la plataforma Flow.
 
Por Nicolás Gorla (ADF)                                                  

Me propusieron ser parte del proyecto a través de la convocatoria de Mariano Hueter (creador y co-director de la serie), con él llevamos varios proyectos juntos (“El mundo de Mateo” T1, 2019  y “La mente del Poder”, 2024, entre otros). Una vez dentro, empecé a reunirme tanto con él como con Pedro Levati (co-director), a quien ya conocía pero aún no habíamos podido tener el placer de trabajar juntos.  

“Un león en el bosque”, narra la historia de una familia que decide mudarse a un pueblo en la costa de la provincia de Buenos Aires para que su hijo, diagnosticado con TEA(trastorno del Espectro Autista), pueda crecer en un lugar más tranquilo, sin embargo, el cambio hará que se enfrenten a nuevos desafíos.
A la hora de pensar la fotografía de un proyecto, la psicología de los personajes, su arco dramático y el contexto donde los personajes se desenvuelven en la historia, para mí, siempre son puntos de partida fundamentales y en estos 8 guiones de 30 minutos, esos elementos estaban muy bien marcados y desarrollados.
Sumado a todo esto, ya desde la etapa de preproducción, realizamos un intercambio fluido de referencias y conceptos entre Mariano, Pedro y yo.
Acorde al avance del proceso, a mi me gusta armar además una presentación. Allí plasmo esos conceptos e ideas charladas con un potencial visual que da origen a la biblia del trabajo que realizaré.  Una guía personal, que no solo incluye el cómo vamos a filmarlo, sino también detalles técnicos, como  las distancias focales a priorizar por ejemplo, tipo de luces, etc.

Mas allá de estas charlas, mood-boards y referencias, siempre hubo un concepto que Pedro y Mariano tuvieron muy claro desde el principio: Contraponer visualmente lo bello del entorno donde transcurre la vida de estos personajes, Pinamar, con las duras situaciones a las que como familia se tienen que enfrentar.
Pinamar es una ciudad bella sin importar la estación del año, así que nuestra idea nunca fue vincular lo bello con lo soleado y cálido, sino explotar desde la imagen lo que está nos brindaba en el momento de rodaje.  Era importante concebir y pensar la ciudad como un personaje más, que engloba a está familia en su inmensidad.

Still «Un león en el bosque» (2024)

Entre las referencias que más destacan se encuentran:
“Close” (2012, Dir: Lukas Dhont, DF:Frank van de Eeden, SBC-NBC), justamente por la mezcla de lo visualmente bello en situaciones dramáticas y el trabajo que construyen con el punto de vista del niño protagonista. 
“Sublime” (2022, Dir: Mariano Biasin, DF: Ivan Gierasinchuk, ADF), principalmente por la similitud geográfica en la que sucede el relato y el mundo más adolescente, vinculado al personaje de Julían (Julian Cerati).
“Una Escuela en cerro hueso” (2021, Dir: Betania Cappato, DF: Iván Fund), narra la historia de un personaje, que al igual que León, tiene autismo. Es muy interesante el manejo de la cámara y los encuadres de la protagonista con respecto a su entorno.
“The assistant” (2019, Dir: Kitty Green, DF: Michael Latham), me interesa como la película trabaja sobre el agobio en el personaje principal, que por momentos es lo que le produce el trabajo a Macarena, madre de León.

Still «Un león en el bosque» (2024)

El rodaje transcurrió en 5 semanas y media, que se dividieron en 3 semanas en Pinamar y 2 semanas y media en CABA. Es decir que la optimización del tiempo fue fundamental para que el proyecto, no solo se cumpliera en tiempo y forma, sino para que el resultado final cumpliera con el estándar de calidad, sensibilidad, interés y empatía que se había trazado. El nivel y agilidad de nuestros equipos fue fundamental para lograr ese objetivo. 

Nuestro equipo de cámara estuvo compuesto por dos FX9 en modo FF y una valija de Cooke s7i, un 135mm Ultraprime y un 32mm Arri macro de Rowing Rental, sumando a eso un Black Promist ¼  puesto en ambas cámaras prácticamente en todo el proyecto .
Como equipamiento extra también contábamos con un combo FX3 con un ronin S2 y dos canon FD, 28mm y 50mm para escenas de un solo plano con seguimiento más flotados, tomas en cámara lenta, seguimientos de auto a auto.
Para las jornadas de Pinamar, se agregó un Helios 58mm para momentos íntimos y de introspección de León; como por ejemplo: los que comparte con su padre en el bosque, ya que su bokeh tan particular le agregaba una textura que nos ayudaba a subrayar las búsqueda del concepto en carácter visual.    

Still «Un león en el bosque» (2024)

En cuanto a luces, el Gaffer y proveedor de equipos fue Micky Santoro de Toro Iluminación y desde el principio fue muy receptivo con las necesidades del proyecto. Pudimos armar un listado de equipos variado y completo : Asteras, Geminis, Prixmas 30, un aputure 1200 y un 600, un HMI 1,2 , un HMI 4K y un combo de fresneles, y dedo lights entre otras cosas. 

El rodaje comenzó en Pinamar a finales de Mayo, donde nuestros sets fueron muy diversos, siempre intentando potenciar y aprovechar al máximo los exteriores de la ciudad y alrededores: sus calles de tierra y las céntricas, los bosques, sus playas y la casa familiar. Esta última es una de las locaciones más importante de la serie a nivel narrativo, en la cual teníamos muchas escenas con varios personajes.
A pesar de que era un interior, era importante la conexión de la casa, con el patio y el árbol preferido de León, con la calle de tierra, con su entorno rodeado de naturaleza. Por eso fue fundamental, que tanto Pedro como Mariano, pudieran hacer un seguimiento del personaje desde la entrada de la casa hasta salir al patio si así lo querían, que no hubiera una limitante o algo que “mentir”. Sumado a eso, era importante que cuando estuviéramos dentro de la casa, en el plano hubiera lectura de la naturaleza del exterior. 

Still «Un león en el bosque» (2024)

Un ejemplo de esto, podemos encontrarlo ya en una de las primeras escenas de la serie donde tenemos a León (Lucio Elie), Macarena (Julieta Cardinali) y a Franco (Fede D’elía) caminando a lo largo del comedor y cocina. 

Dentro de la casa nuestra propuesta fue otorgar vertiginosidad a la vida cotidiana de esta familia, y para lograr eso muchas escenas implicaron grandes seguimientos de cámara en mano de ambos camarógrafos, Federico Luaces (ADF) y Diego Curtolo, que hicieron un excelente trabajo, ya que más allá de las indicaciones, había algo de la pulsión del momento mientras ocurría la escena en la que la intuición del operador entra en juego, sumado a la coreografía, y lo supieron resolver con creces.
Para que los cámaras se pudieran mover libremente, también fue fundamental el trabajo de Micky y su equipo, encabezado por el Tano Artale, jefe de eléctricos.
Para estas situación principalmente iluminamos con los Aputures y los Geminis desde afuera, sumando algunos tubos escondidos dentro. También un Prixma 30 colocado encima de la mesa del comedor para dar una base suave en algunas situaciones, y en otras que buscábamos mayor contraste, directamente iba apagada, ya que tampoco quería que la luz de adentro compitiera con la de afuera. 

La ventaja de filmar en otoño/invierno es que incluso al mediodía hay un sol lateral y la desventaja es que ya alrededor de las 17.30/18 hs el sol empezaba a perderse . Eso nos llevó a que más de una vez tuviéramos que priorizar el atardecer en algún exterior; como por ejemplo, el final del primer capítulo, y nos obligará a simular algunos interiores día a la noche. Para lograr eso, los HMI fueron fundamentales. La locación de la casa tenía una galería que la bordeaba en su exterior, la cual usamos de soporte para armar un softbox y de ahí rebotamos el 4K y el 1.2 K generando una base potente y suave para que luego empezáramos a reforzar con luces desde adentro. 

En los exteriores nocturnos trabajamos principalmente con los Géminis y el Aputure 600 aprovechando el RGB para poder llevar las luces a un color sodio, que incluso hoy se sigue viendo en algunas calles de la costa bonaerense .
Una escena que ejemplifica esto es  una conversación nocturna entre Franco y Julián con el bosque de fondo iluminado con los Géminis, y algo de esa luz les pega a ellos de contra, sumado a otro Géminis lateral de relleno. 

Still «Un león en el bosque» (2024)

Con respecto al monitoreo, junto al DIT Joaquín Pulpeiro, chequeábamos ambas cámaras en un Átomo sumo con las herramientas del mismo. El trabajo junto a Joaco y su concentración durante el rodaje fue fundamental e impecable para mantener la continuidad interna de las escenas y mismo entre las cámaras, resultado que optimizó la etapa de colorización.

Al bajar el material y a partir de nuestras charlas, Joaco hacía ya unos primeros acercamientos a la corrección de color que estaba buscando, luego esos proxies eran enviados al equipo de postproducción. Me parece importante poder llevar a cabo este procedimiento cuando están dadas las circunstancias, ya que permite que de a poco el resto del equipo se vaya familiarizando con lo que buscamos visualmente para el finish de la imagen.  

Otro gran desafío, fue la playa, no sólo por su logística, sino porque la luz a esa altura del año es tan bella como impredecible. Las nubes se movían muy rápido y una escena que arrancaba con una capa de bruma o tamizada, terminaba despejada o viceversa. También esas variaciones en un día nublado, que uno casi no percibe y que solo “saltan” con los instrumentos, implica estar más que atentos. 

Los ND´s degradé fueron fundamentales para los planos generales y poder mantener tanto el cielo como las nubes dentro del rango dinámico y que no implicará que el cuadro inferior quedará muy subexpuesto.
Afortunadamente la continuidad pudo ser respetada en rodaje, con algunos rebotes, y tamices pequeños para planos cerrados, sumado también a la paciencia y consideración de Martín Alonso (AD) y el resto del equipo para esperar que se despejaran un poco las nubes, aún cuando el tiempo en rodaje apremiaba. 

Still «Un león en el bosque» (2024)

Ya de vuelta en CABA, hicimos las locaciones que se podían recrear como si estuviéramos en la costa y los interiores u otros espacios que directamente sucedían en la ciudad por guión; como por ejemplo: las oficinas. 
Entre las locaciones “mentidas” se encuentra la casa de Leila (Carolina Kopelioff), la cual fue todo un desafío. Se realizó en un cuarto pequeño en una casa que utilizamos como multiset.
La directora de arte, Natalia Ruiz, hizo un gran trabajo, no sólo vistiendo las paredes y agregando texturas interesantes, sino también sumándole carácter a ese espacio para que nos cuente sobre el personaje, y de repente, que el cuarto sea pequeño, empieza a cobrar sentido para el universo a crear.
Por su tamaño, intenté poner la menor cantidad de luces desde adentro, aunque a veces es difícil no hacerlo, sobre todo en los planos cerrados. Para sumarle al carácter que arte había puesto a ese set, en las escenas de noche, la luz sodio invadía más el cuarto de ella que en otras locaciones, dándole más fuerza a Leila en su entorno.   
 

Still «Un león en el bosque» (2024)

La colorización la realizó Gabo Argüello Masal, quien entendió de inmediato cuál era la búsqueda, y todo lo que veníamos trabajando lo potenció. Una de las referencias troncales a la hora de hablar de color fue: “Eric” (2024, Dir: Abi Morgan, DF: Benedict Spencer, BSC) focalizando en el tratamiento de la textura, el grano, la densidad y saturación en los colores. Más allá de la referencia de partida, Gabo le puso una gran impronta personal al proyecto.
En una serie donde los exteriores abundan, el horario indicado y la puesta de cámara son fundamentales para establecer el carácter de la imagen. Pero en esta ocasión cabe destacar el trabajo de vestuario de Cecilia Coronado, cuya composición pensada y construida para cada personaje, priorizando la paleta y las texturas, hizo  que el trabajo propuesto desde el origen, hasta llegar a la sala de  Gabo se pudiera potenciar aún más. Un ejemplo puntual es el característico buzo amarillo de León recortando con el verde de los árboles en aquel en clima invernal.

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Disfrutando y reviviendo hoy el resultado final, sinceramente me encuentro muy contento con el mismo. Desde lo personal, considero que se respetó lo que desde un principio buscábamos fotográficamente logrando un resultado aún más satisfactorio. Sobre todo, cuando desde lo grupal, sostengo que todas las áreas lograron potenciar esta bella e importante historia con una temática tan necesaria de abordar en la actualidad, con la empatía como eje central.    


Noviembre de 2024