Desde la ADF entrevistamos a nuestro socio Martin Turnes (ADF), para que nos cuente sobre su proceso de trabajo en «El agrónomo» (2024), su más reciente película como director.
-¿Cómo nace El agrónomo?
El proyecto nace después de estrenar Pichuco (2014), mi primer largometraje documental. Tenía mucho interés en dirigir una ficción, así que empecé a investigar sobre el uso indiscriminado de agrotóxicos. Mientras escribíamos el guión con Marcelo Pitrola, presenté un proyecto al concurso Historias Breves y fue seleccionado. Esto me permitió dirigir Una noche solos (2019), un cortometraje de ficción protagonizado por Diego Velázquez y Analía Couceyro, que sirvió como un puente importante para El agrónomo (2024). Por un lado, fue dirigir ficción y trabajar con Diego; por otro, nos sirvió para seguir escribiendo el guión.
En cuanto a la temática, siempre me preocupó lo que comemos, cómo se producen los alimentos en nuestro país y la dependencia de nuestra economía del sector agropecuario. Pero, sobre todo, me interesaba adentrarme en las vidas de las personas que trabajan en ese mundo y en lo que sucede en los pueblos productivos, donde conviven quienes son fumigados y quienes fumigan. Quería entender de cerca esas contradicciones.
-Viniendo de la Dirección de Fotografía, a la hora de dirigir, ¿Qué es lo que buscas en un/a DF para que te acompañe en el proyecto? ¿Qué tan difícil te resulta “despegarte” del rol?
Me gusta rodearme de personas en las que confío, tanto en mi rol de DF como cuando dirijo. Por lo general, elijo a directores de fotografía que me conocen, que saben lo que me gusta y lo que no. Es gente con la que me entiendo con una simple mirada o una palabra. Disfruto mucho el proceso de trabajar juntos en el guión técnico, incluso antes de tener las locaciones definitivas, para así entender mejor qué necesitamos. Una vez que las tenemos, ajustamos el guión técnico y, si es posible, hacemos las plantas y el storyboard de toda la película. Creo que al involucrarme tanto en la preproducción, logro despegarme del rol de DF durante el rodaje y dejar de pensar en el diafragma, la exposición o las luces. Me ayuda mucho tener que concentrarme en la dirección de actores y en el resto del equipo.
-En tus experiencias anteriores tanto como DF como Director se puede observar una mayoría experiencia en el terreno documental. ¿Sentís que algo de ese bagaje y de esa mirada se traslada en esta película de ficción?
El documental me abrió las puertas para empezar a trabajar como camarógrafo en cine. Con el tiempo, pasé a ser consciente de que mi rol era de Cámara/DF, y más tarde comprendí que mi rol era DF/Cámara. Esta evolución resume mis años en la «vía digital» del INCAA, que no solo me abrió a mí las puertas al cine, sino también a muchxs colegas. He tenido la suerte de hacer fotografía tanto en documental como en ficción; en cada proyecto disfruto de la búsqueda del tono, la forma y la construcción de la imagen. Una de las premisas de El agrónomo fue retratar en ficción una temática que podría ser documental. De hecho, en el momento de crear la película, había muy pocas ficciones sobre el tema y muchos documentales. Hay gente que incluso va a verla pensando que es un documental y se encuentra con una ficción 100%, y creo que esto se debe a la premisa. También porque hacemos cine-debate en casi todas las funciones, un formato más habitual en la proyección de documentales. Otro aspecto que la acerca al documental es que la película cuenta una realidad y la forma que elegí para hacerlo fue desde el realismo. Para eso tuvimos que investigar mucho en cada área y cuidar todos los detalles.
-Contanos de esas primeras charlas estéticas junto a Danilo Galgano (DF) y Marilina Alvarez (Directora de arte). ¿Cuánto tiempo antes del rodaje empezaron a trabajar en la película? ¿Hubo referencias que hayan barajado en ese tiempo? ¿Cuáles?
Seis meses antes del rodaje, una vez que se definió la locación, empezamos a trabajar en la foto y en el arte. Les propuse a ambos comenzar con mucho tiempo de antelación porque era un proyecto grande con un presupuesto muy reducido, y afortunadamente aceptaron.
Marilina Álvarez (Dir. de Arte) se entusiasmó mucho con la temática de la película. Trabajamos principalmente desde cada personaje, sus objetos, gustos, colores, buscando el realismo, sabiendo que al ser un proyecto de bajo presupuesto, teníamos que encontrar locaciones que nos sirvieran estructuralmente y a nivel mobiliario. Nos acompañó en las visitas a Marcos Paz, se sumó a algunos encuentros con agrónomos, vimos cómo trabajaban y las herramientas que usaban. El equipo de arte diseñó la marca de la empresa de agroquímicos y se encargó de construir una huerta que creciera en tres etapas, un proceso que requirió meses de preparación. Como referencia para el interior de la casa, vimos la película La Ciénaga, de Lucrecia Martel, ya que nos gustaba su realismo y cotidianidad.
Danilo Galgano (DF) viene trabajando en la temática hace muchos años como parte del colectivo Vaca Bonsai, así que además de hablar de la fotografía, discutimos mucho el guión. Trabajamos juntos en muchos proyectos, yo como DF y él como Gaffer, tenemos mucha confianza. Le propuse hacer el guión técnico en conjunto, y lo trabajamos durante esos 6 meses, al principio sin locaciones definidas y una vez que las teníamos lo retocábamos. La referencia que usamos para la puesta de cámara fue A ciambra (2017) de Jonas Carpignano, una película filmada toda cámara en mano y con un único punto de vista, como queríamos hacer con El agrónomo. En rodaje, si bien estuve atento a la puesta de luces, me relajé mucho más en ese aspecto que con el encuadre.

-Con respecto al único punto de vista, ¿Podrías contarnos más?
Una de las premisas iniciales del proyecto fue narrar desde un único punto de vista. Después de una larga investigación, decidimos que este punto de vista sería el de un ingeniero agrónomo. De esta manera, el protagonista no solo está presente en cada una de las escenas, sino que todo lo que el espectador ve y escucha es a través de él.
Además de trabajarlo desde el guión, lo aplicamos en todos los rubros, incluyendo el rodaje y la postproducción. En cuanto a la puesta de cámara, fue un tema de mucha discusión con Danilo. Al principio no fue fácil, ya que, si bien era una propuesta como co-guionista y director, rozaba lo caprichoso. Sin embargo, cuando encontramos la forma de narrar ciertas situaciones, sentimos que esta búsqueda estaba a nuestro favor, tanto narrativa como estéticamente.
En la postproducción de sonido, al trabajar con Adrián Rodríguez, reforzamos muchos elementos que colaboraron con esta idea. Mientras que desde la imagen nos acercamos al protagonista, con el sonido pudimos meternos dentro de su cabeza.
-¿Equipo de cámara, filtros y lentes utilizados? ¿Podrías explicar los motivos?
Para El agrónomo, utilizamos una cámara Canon C300 mark IV y un juego completo de lentes Leica R. Elegimos la cámara por su relación con el presupuesto y su practicidad, ya que necesitábamos que fuera cómoda para el trabajo con cámara en mano. Realizamos varias pruebas con filtros ND internos y externos, para ver la definición de los colores y las texturas. Usamos un EasyRig con Serene para conseguir cierta estabilidad, sin perder la crudeza y el dramatismo que aporta la cámara en mano. Los lentes Leica R, en particular, me encantan. Usamos un juego de lentes que tengo hace algunos años, siempre imaginé usarlos para esta película. Además de ser convenientes por el presupuesto, la imagen blanda que ofrecen era exactamente lo que buscábamos. Nos apoyamos en esa característica para la narrativa visual de la película.

-¿El parque de luces?
Para el parque de luces, necesitábamos equipos que nos dieran potencia y una temperatura de luz similar a la del día, ya que teníamos muchas escenas diurnas. Pero también necesitábamos faroles más flexibles y ágiles, como los fresneles LED, para poder jugar con colores en situaciones puntuales. Usamos LED flexibles Falcon Eyes RX-18TD y Westcott 30×30, fresneles Led Aputure de distintos tamaños 60x, 300x y 600x y un HMI M18. Siempre intentamos armar una única puesta, ya que el guión técnico fue pensado con ese objetivo. Sin embargo, teníamos muchos planos secuencia que abarcaban varios espacios, lo que representó un gran desafío tanto para los actores como para el equipo técnico.

-¿Cómo fue la etapa de búsqueda de locaciones? ¿Qué priorizaron a la hora de elegir las mismas?
Hay una frase que escuché muchas veces: «Cuando no tenés plata, tenés que hacer las cosas con el mayor tiempo posible». Le hice caso. Seis meses antes del rodaje, definimos que filmaríamos en Marcos Paz, provincia de Buenos Aires. Junto al productor Fernando Romanazzo y al jefe de locaciones Ricardo Robledo, comenzamos un extenso proceso de búsqueda. La propuesta fue mirar muchas locaciones y hacer una preselección para visitar finalmente con Danilo y Marilina y elegir cuales nos convencían más. Un mes antes del rodaje, ya teníamos definidas muchas locaciones y eso ayudó a que pudiéramos dedicarle más tiempo a las que aún no encontrábamos. La prioridad fue que las locaciones aportaran en términos de iluminación, lo que resultó ser clave para la filmación.

La casa de la familia protagonista fue algo difícil de encontrar. En el guión técnico, necesitábamos una vivienda con muchas aberturas para poder hacer planos largos que atravesaran diferentes ambientes. A pocas semanas del rodaje, finalmente la encontramos. El equipo de arte hizo un trabajo increíble para transformarla. La elección de los campos también fue un desafío. Tuvimos que adaptar varias escenas al estado real de los cultivos el día de la filmación, lo cual le dio a la película el realismo que buscábamos.
– A la hora de armar el elenco, ¿qué es lo que buscaste de cada uno de los personajes y en quienes los interpretaron?
La tarea de armar el elenco fue un privilegio y una gran responsabilidad que ocurrió en paralelo a la búsqueda de locaciones. Para los personajes adultos, convoqué a actores con una gran trayectoria. La participación de Diego Velázquez le dio una fuerza enorme al proyecto, venía siguiendo sus trabajos y su personaje estaría en cada escena de la película. A partir de una sugerencia suya, sumamos a Valeria Lois como su pareja en la ficción, una dupla increíble. Claudio Martínez Bel y Susana Pampín, se destacan en sus papeles.
Para los roles de los jóvenes, realicé un casting en CABA. De este proceso, que duró varios meses y que aproveché como un entrenamiento en dirección de actores, surgieron Ángeles Zapata (Vera) y Lautaro Zera (Cimarrón), ambos profesionales y muy comprometidos, con quienes fue un placer trabajar. Para otro personaje convoqué a Alfonsina Videla Benzo, a quien había dirigido en Pasamontañas (2006) un cortometraje que dirigí mientras estudiaba Diseño de Imagen y Sonido (UBA).

Finalmente, el resto del elenco se completó con un casting en Marcos Paz, la locación de la película. Era muy importante para nosotros que gran parte del equipo viviera en el lugar donde estábamos filmando, en línea con nuestra filosofía de Producción Sustentable, Sostenible y Pluricultural.
-¿Podrías elegir alguna escena de la película, ya sea porque fue difícil llevarla a buen puerto o porque es de tus favoritas y desarrollar sobre la misma?
Hay una escena que disfruto mucho porque está en un momento clave: el agrónomo recorre un centro cultural y descubre a su hija cantando la canción que ya la vimos ensayar en su casa, rodeada de su grupo. Siempre fue pensada como plano secuencia y la filmamos en la Casa de la Cultura de Marcos Paz. Desde el primer scouting imaginé el recorrido con una app de viewfinder y luego lo ajustamos en preproducción con el equipo. El rodaje fue desafiante por la carga horaria: había que montar una puesta grande, con luces, arte, vestuario y maquillaje para un grupo de jóvenes cantando, además de rodar otra escena antes de día y después exterior noche. Tras tanta preparación, la primera toma fue emocionante: dije “corte”, abracé a Danilo y le dije “Salió como lo soñamos”, ¡aunque la repetimos varias veces para perfeccionarla!

-Contanos del tratamiento de color, ¿qué buscaron cambiar/mejorar de lo logrado en rodaje y qué buscaron conservar?
La corrección de color la realizamos con Juan Martín Hsu, socio de nuestra productora Zebra Cine, con quien vengo trabajando en mis últimos proyectos como DF. Antes del rodaje hicimos pruebas de cámara que revisamos en la isla de color, y el material filmado llegó muy cercano a lo que buscábamos. El trabajo se centró en emparejar y reforzar algunas escenas, buscando una propuesta con saturación y contraste medio. Tuvimos muchas escenas en exteriores, cuidando las altas luces, y varias nocturnas, protegiendo las bajas; creo que la clave estuvo en ese equilibrio.
-Durante el rodaje, El agrónomo fue consecuente a su temática y fue producida bajo lineamientos de una producción Sustentable, Sostenible y Pluricultural. ¿Qué implicó esto para el rodaje?
A partir de la propuesta de Fernando Romanazzo y Fabiana Bepres (AJRA) como productores ejecutivos, decidimos trabajar bajo estos lineamientos, siendo una de las primeras ficciones argentinas en realizarse de esta manera. Aplicamos el manual de prácticas sustentables de APAC y llevamos adelante distintas acciones en Marcos Paz para generar un impacto positivo: evitamos descartables, separamos residuos, hicimos compostaje, aportamos a la economía circular dejando materiales para su reutilización y reciclaje en eco puntos, y promovimos una alimentación saludable con productos de huertas ecológicas, reduciendo azúcar y harinas refinadas y apostando al emprendimiento local. También disminuimos el consumo de combustible —principal generador de CO₂— utilizando transporte compartido (colectivos, minivans) y concentramos el hospedaje del equipo técnico, artístico y de producción en un solo lugar.

En cuanto a la Sostenibilidad, trabajamos junto a una cooperativa audiovisual local, fomentamos la paridad de género, realizamos asambleas, pagamos viáticos y desarrollamos actividades comunitarias con organizaciones sociales, ambientales, cooperativas y ferias agroecológicas. Respecto a la Pluriculturalidad, realizamos dos ceremonias con los pueblos originarios del lugar: una de permiso de ingreso al territorio junto a la comunidad Qom, alrededor del fuego, y otra de agradecimiento al finalizar el rodaje, con la comunidad Qom y la comunidad Sariri.
Todo esto implicó un esfuerzo y dedicación mucho mayor que la producción cinematográfica convencional, y mantenemos este compromiso incluso en la exhibición y distribución. Así, no solo fuimos coherentes con la temática de la película, sino que también logramos reducir la contaminación, respetar la biodiversidad y aportar a la lucha por el cuidado de la naturaleza y el entorno que habitamos.
-Para alguien que quiera seguir por la misma iniciativa ¿que consejos le darías? ¿Cuáles son los factores a tener en cuenta? pros y contras.
Para avanzar en esta iniciativa, es fundamental pensarnos de manera colectiva y comunitaria: cada acción individual impacta en el ambiente, pero si todas las producciones audiovisuales incorporan prácticas responsables, el efecto será mucho mayor y positivo. Enfrentamos una crisis climática real; estamos consumiendo los recursos que corresponderían a las generaciones futuras para sostener nuestro estilo de vida actual. Cada decisión que tomamos —en el día a día y en un rodaje— deja una huella que afecta a la biodiversidad, al agua, al aire, a la tierra y a la naturaleza en su conjunto.
Nuestro consejo es repensar las prácticas del cine, tanto detrás de cámara como en lo que mostramos en pantalla: incorporar la sustentabilidad también en la narrativa, en los gestos y en los mensajes que dejamos al público. Luego, planificar una producción sustentable y aplicarla en todas las etapas. Cuesta, sí: separar residuos, lavarlos, secarlos y disponerlos donde corresponde lleva más tiempo y energía que tirar todo junto; además, siempre habrá resistencia porque nos saca del confort habitual.

Los beneficios, sin embargo, son enormes: cuidamos el territorio donde filmamos como nuestra propia casa, fortalecemos la relación con las comunidades que lo habitan, generamos conciencia, promovemos buenas prácticas y aportamos de forma urgente a la protección de la Pachamama. En nuestro caso, también denunciamos las malas prácticas del uso de agrotóxicos, no solo por lo que consumimos y las muertes silenciosas que generan, sino por la contaminación que dejan en la tierra, el aire y el agua.
– Como comentabas recién, El agrónomo se proyectó en diversos lugares del país a sala llena. ¿Pudiste ir a esas proyecciones?¿Cómo sentiste el ida y vuelta con los espectadores?
La película comenzó su recorrido en BAFICI 2024 y luego la estrenamos en Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, Córdoba y en gran parte del país. Desde el inicio venimos acompañándola con cine-debates, y habiendo cumplido un año del estreno el 18 de Julio de 2024, estamos llegando a los 10.000 espectadores, algo que nos llena de orgullo para una producción independiente y autogestionada. Organizamos proyecciones y charlas en distintas provincias, donde cada lugar propone un debate diferente: en las ciudades se habla más de la narrativa y los personajes, mientras que en los pueblos fumigados surge la problemática cotidiana del agronegocio que la película aborda. Inclusive estamos presentándonos a Congresos para contar la experiencia de lo que ocurre en los debates. Cada encuentro nos enriquece y confirma el objetivo con el que nació la película: usar el cine como herramienta de reflexión para intentar transformar, aunque sea un poco, el mundo en que vivimos.
-¿Ante la película terminada, pensás que hoy habrías hecho algo diferente?
Hoy veo la película y pienso en todo lo que atravesamos: tuvimos menos de cuatro semanas completas de rodaje, sufrimos casos de covid en el equipo, un calor agobiante, una tormenta con granizo enorme —el más grande que vi en mi vida— y muchas dificultades con los vehículos que utilizamos tanto delante como detrás de cámara. Aun así, el equipo de rodaje y post fue hermoso y siempre empujó hacia adelante. Si pudiera volver a hacerla, o pensando ya en el próximo proyecto, trataría de incluir más semanas de rodaje o tener más dinero para horas extras. Pero más allá de todo eso, la película seguiría siendo la misma, porque hoy, cuando la veo, estoy muy contento y orgulloso de lo que logramos.

-Alguna anécdota o comentario que quisieras compartir que no se te haya preguntado (destacar algún punto del proyecto, escena, decisión, etc) .
Las 4 semanas de rodaje coincidieron con las 4 semanas del Mundial de Qatar. Terminamos de filmar el viernes 16 y el domingo 18 de diciembre de 2022 fue la final contra Francia. Ese día sentí que había salido campeón del mundo dos veces al mismo tiempo. Desde la producción propusimos incorporar los partidos de Messi y de Argentina al plan de rodaje. A la distancia parece solo una anécdota, pero en los primeros partidos recuerdo que algunos querían verlos (me incluyo) y otros no estaban interesados.
El 30 de noviembre jugaba Polonia–Argentina a las 16 hs; teníamos dos escenas largas y complejas en un hospital. La propuesta fue almorzar tarde y filmar una escena antes y otra después del partido. Lo que no esperábamos era que se desatara una tormenta terrible y cayera el granizo más grande que vi en mi vida. Recuerdo que estábamos filmando una escena muy dura a nivel dramático cuando, de repente, empezamos a escuchar un ruido muy fuerte que se acercaba: eran las piedras. Salimos a cubrir los autos con mantas y frazadas —la mayoría terminó en el chapista—, algunos sufrieron heridas leves por el granizo, y después de eso decidimos terminar la escena para llegar a ver el partido. Cada vez que hablo con alguien del equipo, esta anécdota vuelve a salir. Por suerte, ganamos 2–0 y pasamos a octavos de final.

-¿Podrías contarnos cómo comenzaste en este medio?
Estudié la carrera de Diseño de Imagen y Sonido (FADU), y desde un comienzo tomé la cámara y no la solté más. Durante la cursada operaba cámara y también dirigía, tuve la suerte de tener cámara propia: primero una handy y luego una Sony PD170, que alquilaba y acompañaba por seguridad. Participé en numerosos cortometrajes y, al terminar la carrera, junto a un grupo de amigos —hoy algunos socios en Zebra Cine— formamos un grupo autogestionado de guión donde nacieron nuestros primeros proyectos. Mientras escribía mis propios proyectos, trabajé como camarógrafo/realizador freelance primero para medios de comunicación y luego gracias a la Vía Documental Digital del INCAA di mis primeros pasos como DF-Cámara en documentales Kartun, el año de Salomé (2012), ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? (2013), Pichuco (2014) como director y Carne propia (2017), más tarde las primeras ficciones como Oculto el sol (2017) y Alicia (2019). Hoy, en un contexto nacional complejo para el audiovisual, sigo apostando a trabajar como Director de Fotografía y Camarógrafo mientras desarrollo nuevos proyectos como Director.
-¿Que fue lo que te llevó a empezar a dirigir luego de haber trabajado como DF en varias películas?
Disfruto mucho de ambos roles. Por un lado, me encanta el proceso de trabajo con el director o la directora, pensar juntos cómo contar lo que quieren transmitir; durante la etapa previa al rodaje intento absorber y planificar todo lo posible para tener más margen para la improvisación o cambiar cosas durante el rodaje, la etapa que más disfruto, donde se concreta todo lo que venimos pensando e imaginando. Por otro lado, dirigir me permite llevar adelante un proyecto personal desde la idea inicial hasta los detalles más sutiles en todos los rubros. Aunque ya había vivido esto en cortometrajes y en Pichuco como documental, con El agrónomo, el proceso, aunque largo, fue mucho más enriquecedor y hermoso de lo que imaginé. Por todo esto, quiero seguir haciendo ambas cosas.
-¿Tenes un/a artista, director/a, libros de esos que revisitas periódicamente que son fuente de inspiración/admiración?
La lista es larga, pero elijo algunos directores/as de cine: Lucrecia Martel, Raymundo Gleyzer, Wim Wenders, Stanley Kubrick, los hermanos Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, los hermanos Ethan y Joel Coen, las primeras películas de Wes Anderson, Hayao Miyazaki (Studio Ghibli), Errol Morris, Cristian Mungiu y Jonas Carpignano, entre otro/as.
Agosto de 2025
Links relacionados
Gacetilla de prensa con próximas funciones
Web Martín Turnes
Instagram El agrónomo
IMDB El agrónomo