La materialización de los recuerdos

En la comparación con el hombre, para el robot la memoria dejó de ser un problema. Día a día en recipientes cada vez más pequeños y con menos consumo de energía se almacenan más y más datos. En cambio el ser humano, conforme pasan los años, pierde ese don, la memoria, es decir, lentamente se acaba. Para nuestro maestro Luis Buñuel eso significaba morir: si no recuerdo lo que hice hace instantes, ¿de qué me sirve realizar actos en el futuro?. Un Museo es eso, intentar que la memoria (que es un bien tan abstracto) se convierta en una base para materializar esos recuerdos, para que perduren en la memoria instantes pasados. Y de eso se trata el cine, la rnernoria visual, la retención de la imagen en la retina por breves instantes es la que posibilita nuestro arte cinematográfico.
Dedicamos un tiempo de nuestra revista a nuestro querido Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, que esperamos crezca y de por sí recibe todo nuestro apoyo.
Por otro lado, llegamos a nuestra Revista ADF 20 con muchos largometrajes rodados y estrenados, con alegría ya que muchos colegas nuevos surgen en el medio, alegría sólo opacada por la corta duración de nuestros largometrajes en pantalla: sin una campaña de publicidad adecuada, a veces no alcanza el tiempo para que la recomendación boca a boca llegue a cerrar un circuito de comunicación.
También a partir de este número comenzamos a abarcar otros campos de trabajo y expresividad, corno son los cortometrajes y las publicidades.
Agradecemos a todos los que hacen posible esta publicación, que son muchos y lo hacen desinteresadamente.