caula

 A la edad de 86 años nos dejó Víctor Hugo Caula.

Alguna vez nos contó que su interés en la fotografía provenía de su padre, aunque éste trabajaba como  contador. Hacia 1944, y a raíz de un pedido aparecido en un periódico, comenzó a trabajar en los  desaparecidos estudios Pampa Film, haciendo foto fija. Con el tiempo, ocupó todas las escalas técnicas en  diversas empresas y bajo las órdenes de distintos directores, para lo cual contó siempre con la enseñanza y  la ayuda invalorable de superiores y Directores de Fotografía, a quienes recordaba con admiración y respeto.  Uno de aquellos fue Humberto Peruzzi, quien enseñaba a sus discípulos desde las 11 hs hasta las 13 hs, mientras estaba filmando y luego los invitaba a quedarse en el rodaje.

Caula ocupó luego la tarea de foquista, y posteriormente fue camarógrafo en films de Leopoldo Torre Nilsson, Fernando Ayala, además de clásicos de la generación del ’60 como “Tres veces Ana”(David Kohon, 1961) y “Los jóvenes viejos” (Rodolfo Khun, 1962). 

Como Director de Fotografía realizó una gran cantidad de trabajos junto a Fernando Ayala: “El profesor hippie”, “La guita” y “La fiaca” (1969); “Argentino hasta la muerte” (1970); “La gran ruta” (1971); “Triangulo de cuatro” (1975); “Los médicos” (1977); “Desde el abismo”(1979) ; “Mamá de niebla” (1980); “Qué es un maiu” (1980); “Abierto día y noche” (1981); “Plata dulce” (1982); “El arreglo” (1983) y “Pasajeros de una pesadilla” (1984).

Uno de los hitos más grandes en su carrera fue “La Patagonia rebelde” (Olivera, 1975) por la cual ganó al Premio a la Mejor Fotografía Color de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina. Caula la filmó con película de 100 ASA: una de las escenas más complicadas fue aquella en que se ve al grupo de trabajadores sentados en el campo de noche, cada uno con una vela en la mano. Caula contaba que, para su resolución, pidió consejos a Héctor Majul, (quien trabajaba en ese momento en los laboratorios Alex). Realizaron diversas pruebas y finalmente sobrerrevelaron el material.

Caula también fue el DF de, entre muchas otras, “La nona” (Olivera, 1978); “La muerte blanca” (Olivera, 1985) y casi todos los clásicos protagonizados por Jorge Porcel y Alberto Olmedo que llenaron salas argentinas desde principios de los ’70 hasta 1987, y varios de los éxitos de Tristán, Juan Carlos Altavista y Juan Carlos Calabró, para directores como Gerardo y Hugo Sofovich, Enrique Cahen Salaberry, Hugo Moser, Fernando Siro ó Enrique Carreras.

En 1980 la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina volvió a nominarlo al Premio a la Mejor Fotografía por “Desde el abismo”. Para este film Caula fabricó dos artefactos que rebotaban la luz mediante unas superficies blancas, para lograr mayor difusión.

Se fue una parte de nuestra historia cinematográfica. Lo recordaremos como la buena persona que fue, siempre sonriente y amable con los colegas que lo consultaban a menudo.

Gracias Caula, por tu simpleza y tu magnifica historia junto a nosotros.

ADF

Comisión Directiva.