Martín Siccardi (ADF) recorre la historia de los fotómetros.

Ansel Adams, allá por los años ´70, investigó y resolvió como introducir el extenso rango de luminosidades de la realidad en el estrecho margen de cualquier película blanco y negro. Su trabajo abarcó toda la cadena, desde la captura  hasta el papel de ampliación. Le llamó Sistema Zonal.  White, Zakia y Lorenz publicaron en 1973 la primer edición del «Manual del nuevo Sistema Zonal». Hasta el año 1989, en que yo compré el mío, se habían publicado cuatro ediciones. Este sistema, con mayor o menor desarrollo, es utilizado en cualquier medición hecha con un fotómetro de luz reflejada.
La zona V pasó a ser el estándar de medición promedio y el origen de cualquier medida comparativa, ya sea en EV, zonas o diafragmas.
Un solo fotómetro ha reconocido que este sistema tan popular de medir la luz es utilizado permanentemente. Es el Gossen Spot Master 2, que se fabrica aproximadamente desde los años ochenta y pico. En una enorme escala claramente visible en el visor, es decir, sin tener que retirar el ojo para leer ningún display, es posible observar todo lo que mide. Además de la Escala Zonal, cuenta con mediciones de todos los diafragmas, EV, velocidades de obturación, cuadros por segundo, factores de corrección con posibilidad de medición de disparos de flash electrónico promediando con la luz ambiente, etc.
Como es un fotómetro caro y los muy conocidos Minolta y Pentax cuestan casi la mitad es, con ese espíritu de resignación que caracteriza al ser humano, que la mayoría hayamos pegoteado nuestro equipos o internalizado lo suficientemente esa escala como para pensar que no hace falta tenerla presente.
Minolta, Seconik, Pentax y Spectra se niegan a reconocer que existe. No recuerdo otras marcas importantes pero las tres primeras fabrican spot-meters.
Pero así como Gossen descubrió que existe la escala zonal, no pensó en asociar su instrumento con la escala IRE, como hizo Pentax.
No hay fotómetro mas pegoteado y corregido que el Pentax digital. Ya habló Ricardo Aronovich (ADF) de estos fotómetros en su libro «Exponiendo una historia». Comentaba que la diferencia que encontraba en la calibración (todos sobrexponían) era probablemente por ese margen de cobertura que se acostumbraba a tener antes de la aparición de la  película reversible. Actualmente sospecho que esta tolerancia ya no existe porque comparamos no hace mucho a cinco de ellos y todos medían correctamente. Lo que no es correcta es la escala IRE que hizo tan famoso a este fotómetro. La escala IRE se utiliza para medir, entre otras cosas,  la amplitud de la señal eléctrica de video NTSC. Mide en porcentaje lo que en la señal PAL se mide en voltaje. Como es posible asociar la escala de sensibilidad de una cámara de video al índice ISO, Pentax introdujo la escala IRE desde el  modelo analógico. A poco de observarla, vemos que la señal estándar del 18% (Zona V) cae entre el 3 y 4. Esto es entre el 30 y 40% de esta escala, cuando en realidad tendría que caer entre el 40 y 50%. Si este instrumento contara con una Escala Zonal, podríamos efectuar una equivalencia entre las zonas y la medida de la señal de video de cualquier monitor de forma de onda. Esa medida sería la siguiente en PAL para la escala de 0,3 a 1 Voltio (entre paréntesis IRE): Zona II  0,35 V (10%),  Zona III 0,45 V (20%), Zona IV 0,50 V (30%), Zona V 0,6 V (45%), Zona VI 0,75 V (65%), Zona VII 0,95 V (95%) y Zona VIII 1 V (100%). Ninguno de estos números coincide con los grabados en estos fotómetros.
Minolta, navegando elegantemente entre tantas escalas útiles, inventó un sistema propio de medición por promedio. Nunca me expliqué como se puede calcular una exposición promediando brillos arbitrariamente sin tener en cuenta el concepto del 18%. Se supone que la única exposición correcta promedia dentro de la Zona V con pequeñas desviaciones. Sólo permite medir un blanco sin detalle y sumarle los diafragmas hasta llegar a esta zona en la función «Hi»(que en este caso son 2 1/3 fijos). Con la función “average” se puede fijar la Zona V a partir de la cual medir en EV en más o menos, pero nunca muestra la escala zonal completa. Ese sistema, junto con las memorias, que no conozco a nadie que las utilice, ocupa un buen lugar de su display y de su procesador, que podría usar en mostrar una Escala Zonal y una IRE o EBU (PAL).
Seconik logró reunir en un solo aparato la medición incidente y reflejada con un ingenioso sistema de bocha blanca y spot. Primero lo hicieron de 5° y, cuando vieron lo inútil de ese ángulo, fabricaron el de 1°. Pero en el visor no se puede leer ninguna indicación, por lo que hay que retirar el ojo para leer la medición en el display. Imposible de usar en una medición continua. Gossen diseñó paralelamente un fotómetro igual, donde creo que se pueden ver las indicaciones en el visor, pero como no podía ser menos no le incluyó el sistema zonal que había logrado incorporar en su versión anterior. Ni hablar de la IRE.
Es así que los cajones de los DF están repletos de fotómetros, uno para cada cosa. Es evidente que nuestra actividad no es masiva porque ya nos hubieran llenado de mediciones matriciales y procesadores mágicos como tienen las cámaras fotográficas actuales, que miden excepcionalmente bien y además sirven para sacar fotos, por bastante menos de lo que cuestan algunos fotómetros. Es curioso observar la distancia entre las cámaras digitales, las agendas electrónicas, las palm, los celulares y los fotómetros que no han incorporado nada de toda esta tecnología desde hace treinta años. Ni siquiera la Escala Zonal.
Propongo un fotómetro asociado a una cámara miniDV en el que pudiéramos probar todos los lentes de filmación (ya existe un visor de director con estas características), mientras en el display y en el visor tengamos todas las indicaciones necesarias, Sistema Zonal incluido. Ya no haría falta el sistema IRE porque en el display veríamos la señal de video dibujada. No hay instrumento más maravilloso para iluminar un fondo parejo que un monitor de forma de onda. El termocolorímetro podría estar asociado a un vectorscopio para usar en cada caso si fuera necesario. Podríamos grabar para archivo, continuidad y preproducción e introducir las curvas de las películas por software y otros programas útiles, tales como profundidad de campo, etc.
Yo sé que todo esto termina cuando uno por lo bajo le dice al asistente de cámara, cerrando el ojo izquierdo: -“¡Abrí un tercio!”-, pero un poco de avance no viene mal.
Salvador Melita (ADF) me dio una gran alegría. Me contó que vio en su último viaje una foto de Ansel Adams, en el bosque con sus acólitos, empuñando un viejo Pentax Digital. Me dije: ”Por fin me parezco en algo a un Maestro”. Los dos tenemos un fotómetro pegoteado con «su» Escala Zonal.

Martín Siccardi (ADF)