Somos Directores de Fotografía trabajando en una era de cambios profundos en la tecnología cinematográfica.
Estos cambios están sucediendo al mismo tiempo en todo el mundo y traen consecuencias para todos nosotros,
en tanto profesionales, y muy especialmente para las empresas.
Con respecto a nuestra tarea especifica como Directores de Fotografía, hay quienes tienen que ir reemplazando la tecnología que aprendieron durante muchos años por esta nueva. Están quienes se niegan y prefieren seguir, en la medida que puedan, con aquello que ya saben y dominan. También existen los que reniegan de todo lo bueno que todavía da aquella tecnología y hacen apología de esto nuevo, que de tan nuevo todavía no terminó de ajustarse. Y están quienes consideran a lo nuevo como un proceso natural y ya conocido de la evolución de los medios pero que, en pleno desarrollo, no se pueden utilizar tan livianamente como algo definitivo, probado y conocido.
Esta tendencia se ha profundizado en nuestro país a raíz de factores tan poco cercanos a nuestra actividad técnica y artística como algunas decisiones que pasan sólo por producción, por supuestas reducciones de presupuestos o por mejorar la imagen de una empresa con nuevas tecnologías apoyadas por excelentes campañas publicitarias, con gran conocimiento de l comportamiento humano, antes que por equipos con respaldo cierto.
Esto convive con nuestra tendencia a experimentar con equipamientos nuevos, más aún cuando prometen resultados mejores a menor costo, con lo que también se hace difícil discutir en niveles de producción. Hemos pasado, en un cortísimo tiempo, a tener contacto con medios desconocidos, aún por sus propios fabricantes, que en un año y medio han mejorado en parte su desempeño conviviendo con experiencias asentadas en años de desarrollo.
El conocimiento de todos estos nuevos equipos y flujos de trabajo implican una demanda de tiempo grande y no hay garantía que las pruebas se vean rápidamente desactualizadas en la medida en que, en algunos casos, los software han sido cambiados 8 veces en menos de dos años.
Nuestro trabajo nos lleva a enfrentar situaciones que no conocemos, y que son para nosotros experiencias, y volcamos en nuestra revista estas experiencias porque sabemos que el camino para conocerlas y dominarlas es transmitir nuestros logros o dudas; y buscamos que todos -ya sean empresas o laboratorios- busquen e investiguen
con los DF las formas de trabajo o las soluciones a los desafíos de estas nuevas tecnologías.
No existen antecedentes en otras tecnologías de captura en las que se haya impuesto el uso de sistemas en proyectos de envergadura en forma tan masiva sin un conocimiento más profundo. No consideramos que ADF esté inmóvil frente a estos cambios, sino que estos cambios se han producido en un tiempo insólito en los que el desarrollo de cualquier prueba daría resultados obsoletos frente a la nueva actualización. La espera de una mínima
estabilización en la evolución, la certeza que los equipos permanezcan en el país y analizar la tendencia del mercado es tanto una actitud de los directores de fotografía como de las empresas de servicio.
Estos debates y cambios también se dan en nuestro ámbito y los que integramos la Comisión Directiva de ADF tratamos de interpretarlos, entenderlos, dominarlos y hasta disfrutar de estar viviendo en una batalla tecnológica como no se daba en mucho tiempo. Al ser la ADF una asociación profesional y no gremial, esperamos siempre que todos los asociados -Activos, Adherentes y Protectores- contribuyan con un mínimo de participación en las tareas, debates, pruebas y otras actividades que ésta desea realizar.
Suponemos que en una asociación sin fines de lucro, como es la ADF, sus socios estén más dispuestos a aportar ideas innovadoras para mejorar la profesión o la empresa. La ADF siempre estuvo abierta a cualquier aporte de este tipo y, como sucede en otras partes del mundo, queremos hacer esta transformación entre todos, porque de esa forma absolutamente todos salimos ganando.
Los miembros de la CD trabajan a pulmón. No solo no reciben remuneración alguna, sino que además invierten su tiempo y, a veces, gastan de su propio dinero. Sin embargo, hay algo más importante que esto: todos los Socios Activos que integran la ADF competimos entre nosotros en lo profesional, pero al agruparnos en una asociación como la nuestra estamos dando un enorme ejemplo de convivencia madura y necesaria para poder dar
respuesta a las necesidades que impone este tiempo de cambios. Esperamos algo parecido de todos los asociados.