Por Soledad Rodríguez (ADF)

La helada negra es la segunda película de Maximiliano Schonfeld. Ya habíamos trabajado juntos en Germania y en Ander Egg (una serie de tv). Así que venimos entrenando la comunicación, el entendimiento y la confianza de una manera hermosa. Y los tres trabajos ocurren en el mismo paisaje, así que mi relación con esa zona de entre ríos y algunos personaje del lugar también se profundiza. Y como si fuera poco, muchos de los colegas del quehacer cinematográfico, estuvieron también en los tres proyectos, entonces pienso, algo estamos haciendo bien porque seguimos buscando, creciendo y proyectando juntos. El cine que hacemos se construye como hileras de ladrillos, siempre sobre rastros de algo anterior, a veces visibles a veces  solo una sensación. Somos obreros del cine, por lo menos así me gusta pensarlo.

La escritura del guión es un proceso largo y conseguir fondos otro tanto, entonces mientras Pasto Cine hacía que eso pasara , Maxi grabó algunas escenas, en algunos lugares parecidos, con actores que al final no fueron, pero que construyeron un imaginario para que todos los demás entendiéramos el clima de la película. Después hicimos un primer viaje a Entre Ríos y filmamos un trailer con imágenes que creímos hasta podían quedar en la película que se iba a filmar casi un año después. Al final no quedaron pero seguíamos poniendo ladrillos. Aunque el guión fue cambiando ese clima se mantuvo. Se trataba de fotografiar un mundo sutil e invisible; de percepciones, deseos y puntos de vista. Y bueno, ahí iba el mayor desafío : contar la  historia de la llegada de Alejandra a la granja de los hermanos Lell, como una aparición casi mágica a un mundo que parece cerrado pero que devela que esperaba ansioso un milagro.

Por suerte no estoy sola en esta. La elección de los actores fue fundamental. Ailín Salas es Alejandra, este personaje decididamente distinto del resto arrojada a un mundo mas crudo y rudo (no por eso menos sensible). Los hermanos: Darío Wendler, Mario Wendler, Benigno Lell y Lucas Schell, todos lugareños. Ellos transmiten con su sola presencia un mundo. A mi eso me conmueve, ver el paisaje en sus gestos, en su rostro, en su manera de mirar y de moverse. Eso fue clave para contar esta historia. Lo mismo con el vestuario, el trabajo de Beatriz di Benedetto me sigue sorprendiendo, vuelvo a encontrar en los pequeños detalles narración pura. Con Adrián Suárez el director de arte, trabajamos a la par, eligiendo colores, texturas, transparencias y moviendo fardos de alfalfa y focos de humo. El sonido de Nahuel Palenque hace que todo ese clima de misterio que buscábamos, cobre vida.

La helada negra 1 (2)

Usamos la Arri Alexa, otra gran compañera de aventuras. Incluso usándola con su capacidad básica de grabar en 2K prores (si bien este formato te limita a la hora de la post producción, con Damian Benetucci de Cinecolor hicimos un trabajo minucioso en el tratamiento del tono, acentuando los ocres y loa púrpuras) Trabajé en la parte alta de la curva, incluso sobreexponiendo un poco a veces, confiando en la respuesta de la cámara que ya la vengo usando bastante. Los lentes era un set de Arri Ultra Prime 1.3. Siendo la estrella de la valija, el 65mm, no lo dudamos, y sin decir palabra se convirtió en nuestro favorito. Nos daba la relación justa entre distancia a los actores y el valor de plano que queríamos. Los elegí porque buscaba ese contraste de color y la definición que estos lentes tienen y la apertura me facilitaba el trabajo en atardeceres y noches (hicimos noches americanas que lamentablemente no quedaron en la película, y que había pensando como contrapunto de los exteriores brillantes al borde de la sobreexposición). Nuestra gran referencia fueron las pinturas de Andrew Wyeth, cada uno recibió una estampita de un cuadro suyo antes de empezar el rodaje y en el plano de la presentación de Alejandra en la granja, le rendimos humilde homenaje.

IMG_0577 (1)

Si bien casi todo fue filmado en trípode, la participación de Gustavo Triviño en un par de planos hacen que todos subamos de nivel. Mi preferida es la secuencia del baile alemán en el pueblo. Hicimos una fiesta de verdad en la plaza de Valle María y el evento principal era una coreografía de un baile típico (confieso que aun seguimos haciendo un paso de baile que aprendimos ahí)

La mayoría de la película está filmada en exteriores inmensos en el campo entrerriano, si bien ya había filmado aquí anteriormente esta vez quise puntualizar un poco a nuestros personajes agregando el uso de algunos faroles HMI, con difusiones especificas (las mas usadas: brushed silk, spun, y frost) para intensificar el aura misteriosa y mágica de esta historia, sin separarla mucho de la realidad, pero dejando margen para extender el limite entre realidad y ficción. Gracias a Luis Arancibia el gaffer y nuestro hombre fuerte de la zona, Alejandro Albarenque porque éramos pocos e hicimos un gran trabajo. Y a Federico Lastra, mucho más que un foquista, nos conocimos justamente filmando Ander Egg y ahora es alguien fundamental, es una de las personas que quiero tener al lado si voy a filmar a un volcán activo.

11816068_10155871416415524_1418904935826047968_o (2)

Tal vez hablé mas de personas que de decisiones técnicas, pero es lo más importante en una película así. Si hay algo que aprendí en estos 10 años de trabajar en el cine independiente es que las “herramientas” mas preciadas para dar a luz un mundo son los actores y las personas con las que trabajas. El cine como acto colectivo. Y me inspira trabajar con gente a la que respeto y en la que confío plenamente.

la helada_73 (2)

Eso, que cada película haga con sus posibilidades económicas, las más inteligentes decisiones técnicas y que encuentre, sobre todo, al grupo de mercenarios de mayor corazón. ¡Larga vida al cine independiente!