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Los DF cuentan su trabajo en «Mala época»

El proyecto «Mala Epoca” surgió a fines del ’94, como iniciativa de un grupo de alumnos de la Universidad del Cine, para realizar un largometraje compuesto por cuatro episodios. Para ello convocaron a sus compañeros con quienes sentaron las bases para la elección de los guiones a filmar. De esta manera el proyecto lo llevarían a cabo sin la intervención de ningún profesor. Los guiones elegidos fueron: «Vida y Obra’, de Mariano de Rosa, ‘La Querencia» de Nicolás Saad, «Está Todo Mal” de Salvador Roselli y «Compañeros» de Rodrigo Moreno. Se presentó el proyecto a Manuel Antín y éste dio el visto bueno para comenzar a trabajar.
Inicialmente, los directores se reunieron para trabajar los guiones y dar unidad a la película en su conjunto. Igualmente el hecho de que fueran cuatro directores, cada uno con una forma distinta de abordar su proyecto, nos presentaba el conflicto de encontrar una coherencia visual para todo el film, respetando las ideas individuales de cada uno.
La unificación de las historias exigía encontrar elementos que se repitieran. Uno consistía en lo siguient

e: todas transcurrían en un contexto predominantemente urbano, donde el personaje principal se encontraba en un ambiente que no le era afín y donde deseaba acceder a algo que le era esquivo.
El planteo estético de la película debía reflejar dos visiones de la realidad; una, accesible para los protagonistas, más “desprolija” , y otra, idealizada por los personajes, con un tratamiento más «cuidado». Dentro de este marco, cada historia habría de desarrollarse más en una u otra de estas visiones.
Un tema di


practicidad de las unidades, dado su peso y su tamaño, y la mayor eficacia de este tipo de lámparas (los sodios de baja presión tienen una eficacia que va de l60 a 180 lumen por watts y los de alta presión, 120). Una vez solucionado esto, adquirimos seis faroles de sodio de alta presión de 400 watts cada uno que era lo máximo a lo que podíamos acceder.
scutido en la preproducción fue el tratamiento a dar a las escenas nocturnas. Ni los directores ni nosotros queríamos un efecto «moonlight». Se decidió que el criterio a poner en práctica en el episodio «La Querencia”, el cual transcurre prácticamente en una noche, habría de ser el que determinaría las escenas nocturnas de todo el film. En las noches no existiría la influencia de la luz de la naturaleza y la de las calles se diferenciaría claramente de la del resto de los decorados.
En «La Querencia» es la ciudad la que envuelve al personaje en un clima hostil. Oscar (Pablo Vega), un joven desocupado llegado del campo buscando mejor fortuna, se ve forzado a deambular por la noche de Buenos Aires en busca de un lugar deshabitado y, oscuro en donde deshacerse de un cadáver.
Las condiciones de producción y la gran cantidad de locaciones nocturnas de este episodio impedían armar tina puesta de luces diferente en cada una. Al recorrer los lugares, en especial la costanera sur de Buenos Aires, nos pareció que el efecto de color producido por las luces de sodio que iluminan las calles podría resultar interesante. Un clima misterioso y algo espectral. La idea de darle un tratamiento diferente a los exteriores noche agradó a los directores quienes la apoyaron. De esta manera la búsqueda de locaciones debía circunscribirse a aquellas iluminadas por este tipo de fuentes.
La iluminación no habría de ser igual en cada uno de los episodios, debido a sus respectivas características; pero sí lo habría de ser el color y el efecto producido por estas luces.
Debido a lo modesto de nuestro presupuesto, hicimos unas pruebas sencillas con luces halógenas filtradas con diferentes combinaciones de gelatinas. El efecto que más nos convenció fue el producido por una combinación de 1-1/2 CTO más 1/2 Plusgreen. Ante el problema de que ésta disminuía sensiblemente el rendimiento de los faroles, decidimos investigar la posibilidad de utilizar luces de sodio. Los resultados nos convencieron de que ésta era la opción ideal. Debido a nuestro presupuesto hubo que convencer a nuestros productores de que la compra de estos artefactos habría de ahorrar tanto dinero de alquiler de equipo como tiempo en el armado de las puestas de luz. Las razones eran la

No siempre se utilizaron estos faroles para simular las luces de calle. En algunos casos, como por ejemplo las escenas interior auto, utilizamos dos dinkys de 30Ow con la combinación de gelatinas elegida, uno para el rostro y el otro simulando las luces que pasan. En otros casos, como en la gran mayoría de las escenas nocturnas del episodio “La Querencia”, se filmó sin puesta de luz alguna. En una oportunidad encontramos fortuitamente una locación que nos atrajo tanto a nosotros como al director para desarrollar allí una escena en la que Oscar está buscando un lugar oscuro en el río para deshacerse del cadáver. La locación no contaba con iluminación alguna, pero los fondos eran interesantes y con suficiente nivel como para obtener, con el lente a su máxima abertura, f: 1.4, una lectura que permitía trabajar la acción en silueta iluminando al personaje únicamente con las luces del auto al colocarse delante de éste.
A medida que avanza el relato, Oscar se adentra progresivamente en zonas más oscuras de la ciudad mientras aumentan sus dificultades y su paranoia. En este punto se encuentra con unos jóvenes de la calle quienes, en un puente, le roban su dinero. La situación fue filmada sólo con las luces existentes. No nos preocupó que la escasa iluminación del lugar nos diera una baja exposición, y dejara los fondos oscuros y los rostros de los personajes con escasa lectura. Esto remarcaba la situación a la que había llegado el personaje.
En los otros episodios se utilizaron también lámparas de sodio, pero con un criterio de iluminación distinto. Por ejemplo: en las manifestaciones que tienen lugar en «Compañeros». La situación transcurre en la calle de una Unidad Básica, un ámbito donde nada parece estar en el lugar adecuado y en donde se cruzan personajes de características extrañas. Antonio (Diego Peretti), un sonidista contratado para un acto político, encuentra allí un medio que le es ajeno e incómodo y donde los personajes que concurren, se manejan en un ámbito de agresividad y corrupción. En el exterior, donde se realizan las manifestaciones políticas, no notamos todo este clima, ya que la calle se caracteriza por la gente que concurre a los actos, ajena a todo esto. En esta locación buscarnos no embellecer el lugar, sino trabajar zonas de luces y sombras para dar la sensación de que se trata de una calle pobremente iluminada, como acercamiento a los personajes sombríos de la Unidad Básica. En la iluminación del escenario, durante el acto político, quisimos mostrar que los personajes habían armado una puesta precaria y descuidada, más afín a sus características. Utilizamos lámparas de tungsteno como paso intermedio entre la luz cálida de los sodios y la fría del interior de la Unidad Básica, donde usamos tubos fluorescentes de luz día con 1/2 CTO, buscando que el lugar resultara poco acogedor. Al ambiente principal le dimos una iluminación pareja y fría, oscureciéndose hacia el fondo y terminando en los baños con una luz dura, pobre y cálida. Es en este lugar donde suceden los hechos más reservados.
En «Está Todo Mal», Santiago (Nicolás Leivas) se encuentra en un medio social al cual quiere acceder y en el que no encuentra su lugar. En un exterior noche con lluvia buscamos un tratamiento cuidado. En esta ocasión, sin dejar zonas más oscuras que otras para no dar la sensación de que se trata de

calles mal iluminadas, trabajamos también en clave baja, pero esta vez a partir de una puesta predominantemente de contraluz, que resaltaba la lluvia y modelaba a los personajes. A diferencia del resto de los exteriores noche en los que trabajamos con la Kodak Vision 5279 500T, aquí utilizamos la Kodak EXR 5293 200T para subrayar este efecto estilizado con mejor contraste y negros más densos. Un caso similar se da en el mismo episodio cuando, en una fiesta de adolescentes, Santiago le propone a Lucía (Valeria Polnoroff) salir al jardín a charlar y, buscando mayor intimidad, se dirigen a la pileta. En este recorrido, tomado todo con una panorámica hasta que se sientan en el trampolín, la luz se transforma de un estilo neutro a una situación más íntima y cuidada.
Esta visión que va a caracterizar a la mayor parte de “Está Todo Mal” entrará en conflicto con la otra desprolija en “Compañeros” donde Antonio se enamora de Carmen (Virginia Innocenti), La primera la representa a ella, mientras que la segunda a Brochatto (Carlos Roffé), un puntero barrial de una Unidad Básica. Un ejemplo de esto se da en la casa de Antonio: la primera vez que se la ve luce triste, con una luz chata y pobre; la segunda más limpia, cálida y luminosa porque Antonio ha iniciado una relación con Carmen. En este episodio las dos actrices se ven representadas por Carmen y Brochatto porque el protagonista, Antonio, nunca asume un rol activo. Para subrayar la única vez que lo hace, el momento en el cual decide llamar a Carmen e invitarla a salir, decidimos usar un criterio de clarosocuro para acentuar la situación de intimidad y nerviosismo de la escena, diferenciándola del resto de la película.
La visión desprolija se da con mayor claridad en “Vida y Obra”, donde Omar (Daniel Valenzuela), un albañil venido del Paraguay, tiene un encuentro místico con una mujer que dice ser “la virgen” que le hará ver de otra manera el lugar en el cual trabaja, un edificio en construcción. Aunque a priori se podría suponer que esta aparición mística habría de reclamar una puesta cuidada, la desprolija a le da mayor credibilidad

a una trama donde lo que importa no es si el suceso es real o no, sino el conflicto que se da entre los dos bandos generado por esta situación.
El director quería tener gran libertad de movimiento, en un estilo casi documental y por lo tanto la mayoría de las escenas fueron filmadas cámara en mano. El decorado era la estructura de un edificio, al que todavía no se le habían construido las paredes. Debido a esto, las condiciones de luz variaban constantemente. Esto hacía difícil mantener una continuidad visual; más aún si se tiene en cuenta que la película transcurre
durante unas 30 horas. Sin posibilidades de contar con faroles HMI, decidimos profundizar en este estilo valiéndonos sólo de pantallas, espejos y telgopores para levantar zonas muy bajas o realzar efectos naturales creados por el sol.
La filmación tuvo lugar entre febrero y abril del ’97. Finalmente, se estrenó en enero de ’99
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