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Emmanuel El Chivo Lubezki puede hacer historia en los Oscar al ganar tres premios en años consecutivos. Más aún, “Gravedad”, “Birdman” y “El renacido” comprenden su propia trilogía de supervivencia personal y esas dos primeras películas lo prepararon para la espeluznante aventura en la helada tierra salvaje con el director Alejandro Iñárrirtu y Leonardo DiCaprio protagonizando a Hugh Glass, un cazador del siglo XIX.
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“Compartir la experiencia con los personajes nos pone en sintonía con sus vivencias y eso se percibe en la película” declara Lubezki. “En “Gravedad”, Sandra Bullock estaba encerrada en una caja que se asemejaba a una especie de nave espacial y nosotros estábamos en una especie de centro de control, hablando a través de micrófonos. Creo que eso realmente ayudó a Sandra a experimentar la sensación de claustrofobia. Y algo similar ocurre ahora con Leo (DiCaprio): en vez de filmar en un estudio, nos trasladamos a esos ríos y planicies;  cuando se lo ve saliendo de esos problemas, realmente siente frío y se estremece y eso en cierta forma resulta maravilloso.

“Sabíamos que la experiencia nos iba a informar y a cambiar; eso contribuiría a hacer la película lo que es. Y ahora somos personas distintas: por ejemplo, cuando hablamos de cambio climático, si estamos en una oficina de Los Angeles y nos dicen que la temperatura puede cambiar 2 grados, pensaremos – ok, me saco el pullover. Pero cuando estás en el campo y nos damos cuenta que un cambio de ½ grado es la diferencia entre agua líquida y hielo, por lo que no va a nevar y de pronto desaparece el decorado por el aumento de temperatura, comenzamos de pronto a pensar de manera muy diferente. Ya el hecho de tener que superar esos problemas, nos cambia”.

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Lubezki describe a “El renacido” como el proyecto más inmersivo en que haya participado, combinando brutalidad y belleza, que nos ubica literalmente a centímetros del protagonista, moviéndonos alrededor de él durante su ordalía y mostrando todos los detalles panorámicos del deslumbrante paisaje.

Pero Lubezki no hubiera alcanzado ese logro sin utilizar la Alexa 65, la primera cámara digital de gran formato que cumple con sus expectativas. No se había probado antes en esas condiciones, pero la cámara funcionó perfectamente en las heladas montañas canadienses y la yapa de Argentina para el final (1). “De alguna forma, esa cámara puso en imágenes en una forma veraz lo que se estaba viviendo y sintiendo en ese lugar. Generalmente uno observa el paisaje y el espectador nunca está realmente allí – ya que capturamos solo fragmentos. Pero con ésta cámara, debido al tamaño de su sensor  (54,12 x 25,50mm) y la calidad de sus imágenes (con una resolución de 6560 x 3102) y su limpieza, las imágenes se perciben como una ventana a esos lugares. Esa es otra razón por la que elegí filmar en digital en vez de película: no queríamos tener grano, no me parecía que eso fuera adecuado para transmitir la experiencia de Glass. Quería que la sintieran como si caminaran junto a él, quería ser visceral, quería que se sintiera su aliento y viera su transpiración, las lágrimas que brotaban de sus ojos. Usualmente no hacemos eso en exteriores – en general utilizamos teleobjetivos para que todo se vea más hermoso”.

Iñárrirtu y Lubezki tienen metodologías diferentes: ensayos en el decorado y pura improvisación. El terrible ataque al inicio y el más intenso incidente con el oso entran en la primera categoría, mientras los momentos abstractos u oníricos abarcan la segunda. “Llevamos actores, caballos y extras al decorado real y coreografiamos y ensayamos con la cámara. Alejandro no quería hacer ningún storyboard; originalmente, yo quería hacer la batalla en una sola toma, pero nos dimos cuenta que no necesitaba ser una toma continua. Y después de todas las pruebas y ensayos, Alejandro logró encontrar una atmósfera que resultaba la correcta. Para mí, algo esencial cada vez que se filma violencia, es que de cierta forma, debe ser levemente embellecida. Resulta sumamente difícil filmar la violencia y hacer que se sienta horrible, algo en lo que no quisiéramos vernos involucrados.”

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“Algo similar ocurrió en “Birdman”, donde hicimos probablemente cinco tomas y fueron compaginadas en diferentes formas. Y después de “Birdman” aprendimos a ser más sofisticados: los cortes ocurren en momentos en que usted nunca se los imaginaría, de forma mucho más compleja que si se utilizaran los finales. En ciertos casos se dividieron los cuadros en izquierda/derecha y norte/sur. Pero solamente pensamos una unión donde había un gran cambio de atmósfera y sensaciones, de forma tal que Alejandro pudiera recomponer el mundo que estábamos mostrando. Si realmente prestamos atención a la escena, no está contada en tiempo real. Es una serie que muestra diferentes climas: miedo, tensión, horror. Cada uno está bien separado y se filmaron de cierta forma como un ballet.”

De todas formas, había una parte de la batalla a la que costaba más comprender: cuando vemos el cuerpo que llega desnudo y lo ponen a salvo. La cámara gira alrededor y vemos flechas zumbando desde el cielo. Como estaba escrito, tenía un ritmo diferente, pero Iñárrirtu decidió estirarla creando mayor tensión y confusión.”

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Hablando de estirar, Lubezki pudo jugar más con la elasticidad de las tomas utilizando tanto cámara en mano como Steadicam, dependiendo del clima. “No solamente se trata de la longitud de las tomas, podemos pasar de una mirada objetiva a una subjetiva, girar alrededor del personaje y mirar a través de sus ojos, después volver a una mirada objetiva. El espectador se siente confundido, está sumergido y comprometido.”

“Cuando comencé a cruzar el río detrás del bote fue duro, muy duro. Hubo momentos en que tenía que correr con ellos por el río con la cámara a la altura del pecho y la temperatura era de cerca de 0 grados. Cuando uno está sumergido en el agua es difícil no caerse”


Para el ataque del oso (complementada con el trabajo del animador Judy de ILM, nominado para un premio Annie de ASIFA)(2) se inspiraron en un material de video online del ataque de un oso en un zoológico. “Analizando esa toma, nos dimos cuenta que la cámara grababa continuamente sin cortes y el resultado termina siendo casi banal. Lo que ocurre en realidad es que el oso ataca y luego se retira y mira. Lo que me gusta de esa toma es que resulta aleatoria, al igual que el ataque real. Resulta una tragedia porque el oso está solamente tratando de defender a sus crías”

Lubezki insistió en utilizar solamente luz natural y, debido a que la película transcurre en 1823, antes de la invención de las lámparas de querosén, estuvieron limitados a utilizar fuego, antorchas y velas. (Hay una escena de una fiesta en la que se utilizan lámparas de aceite, las que debían ser muy caras en esa época).

“Cuando comenzamos a hacer pruebas para la película, experimentamos con fílmico ya que ese material permite ver muy bien las altas luces y las sombras. Pero no funcionó para éste proyecto porque la sensibilidad del fílmico no era suficiente para permitirnos capturar esos momentos muy oscuros en la “hora mágica” y por la noche. Y generaba demasiado grano en la imagen”

Una de las escenas preferidas del director de fotografía ocurre dentro de la cueva de hielo: transcurre después del atardecer y Glass escribe: “Fitzgerald ha matado a mi hijo” y se ve en un plano general en la que se ven un par de estrellas, el reflejo de Glass en el agua y el hielo derretido iluminado por el fuego. “Entonces se ve amarillo y cian, que son colores perfectamente opuestos, ocurrió por pura suerte”.

Usualmente quedaba una hora de luz residual después de haber finalizado el rodaje diario y Lubezki los presionó para utilizar esa arrebatadora oportunidad. “Y Leo en un segundo junto a uno de los utileros, comenzaron a crear una escena mientras él iniciaba un fuego y trataba de hacer un agujero en el hielo. Se podría creer que estábamos viendo a un trampero en los 1800”.  

Pero los aspectos metafísicos de “El renacido “resultaba lo más importante para Iñárrirtu y Lubezki. Consisten en estados oníricos que funcionan como flashback (cuando Glass rememora su difunta esposa y el ataque a su pueblo) o momentos atmosféricos que expresan belleza (la cueva de hielo) o la destrucción del medio ambiente (cuando se ve una pila de esqueletos de búfalo). “Había una serie de capas que resultaban importantes para Alejandro que estuvieran en la película y se trataba más de eso que de simple venganza”

Lubezki reconoció que “El renacido” tuvo un impacto importante sobre él. “Me siento ilusionado de trabajar con un director que posee una fuerte visión y un sentido poético. Disponíamos de todas esas herramientas y resulta como elegir utilizar óleo, acrílico o acuarela. Si lo hubiéramos filmado sobre película, hubiera sido un film muy diferente. En principio, todavía estaríamos filmando, nunca hubiéramos podido completar el rodaje en los tiempos en que lo hicimos. Pero si uno descarta el fílmico, se produce una gran pérdida”.


Al mismo tiempo, mira hacia adelante esperanzado por las posibles mejoras de la Alexa 65: “Es muy importante que mejoren su rango dinámico, para obtener una mejor lectura en las altas luces. Me parece que le faltan alrededor de 3 puntos y resultan indispensables. Y la otra cosa que resulta muy excitante la combinación de esa tecnología con la proyección láser de Dolby. El DCP para láser Dolby significa la primera vez en la historia del cine que directores y directores de fotografía pueden proyectar un negro realmente pleno. También me gusta la proyección láser IMAX. Lo siento inmersivo pero un poco más invasivo de los sentidos”.

Autor:  Bill Desowitz – Thompson en Hollywood

Traducción y adaptación: Carlos Wajsman


 

 (1)-El cambio de clima en Canadá, cuyos decorados repentinamente se quedaron sin nieve, obligaron a la producción a filmar los tramos finales de la película en Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina en julio del 2015. 
(2)-El premio Annie es un premio anual de animación que concede el ASIFA, la Sociedad Internacional de Películas de Animación.

 

 

 

 

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