Decisiones

En momentos en que escribo esto, estoy en rodaje: el hecho de filmar un largometraje es una tarea que requiere un trabajo diario y sostenido, donde hay que saber concentrar mucha energía en lo que es absolutamente necesario, ya que desde la lectura del guión hasta que termina la filmación transcurre mucho tiempo, y hay que llegar hasta el final con el mismo empuje que el día del inicio.
Es comparable al esfuerzo que hacemos todos los que llevamos adelante la ADF y colaboramos en editar esta revista que, con algunos cambios, sigue adelante desde hace varios años -más precisamente, desde 1998, cuando editamos el número 1, conteniendo unas humildes 16 páginas en blanco y negro. Y, siempre tratando de seguir los mismos principios de honestidad y los mismos objetivos para difundir nuestra amada labor, llegamos hasta este 2005: en el número anterior –el 15-, sumamos el color; esta vez hay más entrevistas, más páginas, más color y un nuevo tamaño.
Y así las decisiones se vuelven a tocar con las que tomamos en nuestra profesión, cuando pensamos cada largometraje en su formato adecuado o en qué medio lo registraremos: si 1:1.85 ó 1:2.35, pero pensando en un 4:3 para la televisión estándar o 16:9 para la TV futura.  En nuestra revista nos surgen dudas como estas cada vez que, por ejemplo, diagramamos una foto –siempre pensando en el autor de cada imagen y siempre recordando que el objetivo es el respeto a ambos: a la imagen y a su autor.